¡Ay Mole Mágico! Lánzate a la Feria del Mole y la Gastronomía Indígena en Edomex
- Simón Alberti

- 13 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 31 ago
Si algo sabe México es a mole. Y no hablamos solo del poblano, sino del negro de Oaxaca, el verde del valle, el rojo con chile pasilla, el de semillas, frutas, flores y secretos de cocina que no vienen en ningún recetario.
Nuestro amor a México se debe a muchas razones, pero una de ellas; la que nos hace tener el corazón contento, es la comida y por ello no puede faltar la delicia ancestral del Mole ya que; “El mole no se come, se honra… porque en cada cucharada hay abuela, hay pueblo y hay memoria.”
Este 2025, vuelve a sonar el llamado del fogón en San Jerónimo Acazulco, Ocoyoacac, donde se llevará a cabo la Feria del Mole y la Gastronomía Indígena, del 19 al 21 de julio, en el Salón Hacienda “Camino Real”. Una cita con lo profundo. Un festín de lo que fuimos… y seguimos siendo.
Dato con raíz: El mole nace del náhuatl “mōlli”, que significa mezcla.
Pero no solo de ingredientes, sino de mundos. Cada mole es un códice comestible, una alquimia donde el chile y el cacao, la almendra y el ajo, el comino y el ajonjolí se encuentran para contar una historia que ni la Conquista pudo apagar. El mole tiene más de 300 variantes regionales en todo México, por lo que algunos moles llevan hasta 30 ingredientes, entre ellos; canela, clavo, ajonjolí, almendra, plátano macho… y hasta un suspiro de cacao.

En la onceava edición de la Feria del Mole y la Gastronomía Indígena también podrás disfrutar de Tamales de mil colores y formas, Barbacoa y mixiotes que huelen a campo y leña. ¿Y sabes qué otra delicia ancestral? Unas tortillas hechas a mano con el ritmo del metate.
Pero eso no es todo, pues... si hablamos de bebidas, deberás probar de atoles espesitos, pulque sagrado y chocolate de metate
También encontrarás algo para llevarte de recuerdo como artesanías, textiles, productos locales y rituales que sanan el alma.
Porque comer mole en esta feria no es solo un acto culinario… es un ritual.
Es honrar a las abuelas cocineras, a los pueblos guardianes del sabor, a las semillas que resisten y germinan. Es apostarle al futuro con sabor a origen. Esta feria es una forma viva de preservar la cocina indígena y apoyar a las cocineras tradicionales que, con cucharón en mano, siguen resguardando el fuego antiguo. No llegues sin hambre, ni sin tiempo. Los sabores ancestrales se saborean despacito. Y recuerda: “Donde hay mole, hay fiesta. Y donde hay fiesta, hay México del bueno.”






No sabia que se hacia esta feria pero genial para visitar con la familia, buena recomendación felicidades por su muy atractiva.
Excelente recomendación, tendré que acudir a la feria para poder experimentar todos los sabores que mencionan!
Esperamos la próxima recomendación!